La poesía española en Fågeln i handen (1959) de Lasse Söderberg

Lasse Söderberg considera que Celaya es «el representante más consecuente de la poesía social que en los últimos años ha llegado a dominar en España». alaba que «su poesía está al servicio del hombre común, a pesar de que no tenga oportunidad de llegar a él y a pesar de la más o menos eficiente labor de la censura».

Söderberg publica en diciembre de 1959 una importante antología de poesía española bajo el título de Själen tjuter / 18 spanska poeter tolkade av Lasse Söderberg (Stockholm : Wahlström & Widstrand, 1959). Al mismo tiempo aparece su libro de poemas de 1959 Fågeln i handen (Stockholm; Wahlström & Widstrand, 1959. Cubierta de C. O. Hultén):

Celaya: namn i vinden
(Eftermiddag i San Sebastian)

Dina dikter, Celaya, är rymliga
som stora korgar, djupa som andetag.
Skönheten är i dem endast nagot avlägset
och förlorat, stenen ett levande hjärta.

Unga dikter i Spaniens gamla vind
utan nagot annat förflutet än människans
oerhörda möjlighet. Dikter som när tva vänner
utväxlar ett handslag pa gatan.

Gabriel Celaya, Rafael Múgica, Juan
de Leceta, upprätt i dina öppna namn
lär du oss vara en bland manga
med diamantens motstandskraft.

Jag läser dina dikter i norr
jag läser dem i vinden där sjöfageln
tänds och slocknar, i vinden
som samlar halm, som sveder alla ord.

Och i din stad vid havet
känner jag köttet som vind, hjärtat som vind
och ser tyngdlagens alla dörrar svänga
i var blasande verklighet.

Celaya: nombre en el viento
(Tarde en San Sebastián)

Sus poemas, Celaya, amplios
como canastas, profundos como respiraciones.
En ellos la belleza es sólo lejanía
y pérdida, la piedra un corazón vivo.

Poemas jóvenes en viento antiguo de España
sin más historia que humanos
gran oportunidad. Poemas de cuando dos amigos
se dan un apretón de manos en la calle.

Gabriel Celaya, Rafael Múgica, Juan
de Leceta, erguido en su nombre abierta
nos enseñan a ser uno entre muchos
con resistencia de diamante.

He leído tus poemas en el norte
los leí en el ático, donde las aves acuáticas
iluminar y voluntad, en el viento
recogida de redundancia, todas las palabras como paja.

Y en tu ciudad junto al mar
siento la carne como el viento, el corazón como el viento
y veo todas las puertas
en nuestra ventosa realidad.

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