Kurt Levander (1915)

Kurt Levander (Skara, 4.1.1915)

Los combates de Teruel, entre la capital y el Mediterráneo, duraron hasta finales de febrero de 1938. Uno de los suecos que participó allí fue Kurt Levander (que, como decía, cruzó la frontera con España cuatro meses antes).

Capturado por el enemigo. Sirvió en una compañía de guardia que protegía al personal de la Brigada Thälmann y fue capturado por el enemigo. Las fuerzas de Franco no siguieron las convenciones internacionales sobre el trato a los prisioneros de guerra. Sentían un odio especial hacia los miembros de las brigadas internacionales, que solían ser asesinados en el acto. Por lo tanto, Kurt Levander no tenía ninguna esperanza de vida cuando lo sacaron del granero donde estaba prisionero y lo alinearon contra una pared para que le dispararan. Pero se salvó milagrosamente y cuenta mucho más adelante en el libro Luchando Solidaridad lo sucedido.

Estar cerca de ser ejecutado. Antes de los disparos, apareció un monje y preguntó si Levander «creía en el Señor Jesús». Cuando respondió que sí, se detuvo la ejecución y lo llevaron de vuelta al granero. Después de un tiempo lo sacaron de nuevo, lo alinearon contra la pared y todo se repitió. Esta vez el monje le preguntó si «creía mucho». Cuando la respuesta fue sí nuevamente, el proceso se interrumpió.

21 meses en varias prisiones. Kurt Levander tuvo que pasar los siguientes 21 meses en varias prisiones y campos de concentración, y fue sometido a hambre y malos tratos. Fue puesto en libertad en diciembre de 1939 tras la intervención del gobierno sueco.
Kurt Levander (Skara, 1915, 2 años y 2 meses en Espana) en el libro de entrevistas Kämpande solidaritet (1996) cómo le fue cuando entró al país:

En kväll i augusti 1937 lastades de frivilliga ombord på bussar för vidare transport mot gränsen. Efter att ha vilat ut i en lada och fått ett gott mål mat gick de så ut i mörkret. Vid en kyrkogård mötte fyra vägvisare som förde dem vidare, när den drygt sexhundra man starka gruppen anträdde sin marsch mot gränsen. […] Terrängen var besvärlig och männen fick använda både händer och fötter för att ta sig fram. Ibland var gruppen tvungen att lägga sig platt på marken då de franska gränspatrullerna dök upp och svepte över området med sina strålkastare.

Entrevista aquí.