Gösta Andersson (1911)

Karl Ernstedt, Gunnar Johansson och Gösta Andersson.

El marinero de Gotemburgo Gösta «Göken» Andersson viajó a viajó a España en enero de 1937 desde Gotemburgo y se unió a las Brigadas Internacionales 1. En el viaje hacia los Pirineos recibió el apodo de «Göken» (El cuco), supuestamente por su humor alegre. Entre los voluntarios de la guerra nunca se utilizó otro nombre. Resultó levemente herido en los combates y tuvo que pasar algún tiempo en un hospital. Cuando regresó al frente, estuvo en pequeños grupos situados detrás de las líneas nacionales, encargados de volar vías de ferrocarril, carreteras y otro tipo de sabotajes. Cuando las Brigadas Internacionales fueron retiradas, regresó a Estocolmo, en noviembre de 1938.

La mayoría de los brigadistas suecos salieron en dos grupos. El primero partió a mediados de diciembre de 1936 y el segundo a finales del mes de febrero de 1937. Después de esta última fecha, pocas fueron las personas que se alistaron en las Brigadas Internacionales por el desfavorable transcurso de la guerra para los republicanos y por el alto número de bajas que se registraba entre los voluntarios.

En su libro Partisaner (Ordfront, 1975) dice:

Solen går upp över fästningen. […] Kaserngården är fylld med alla raser, svarta, gula, vita. Ett gäng schweizare – avundsjukt blänger vi på deras utrustning, skapliga kläder och skor som de kan marschera ända in i helvetet med. Tyskar, en del har illegalt stuckit från Hitler, andra från koncentrationsläger. Engelska kolgruvearbetare, bleka i hyn. Amerikanare, judar dömda till evig förbannelse. Sorlet stiger och sjunker, språkens mångfald ger intryck av fullständig förbistring. Tänker – det blir nog marigt att samordna alla enheter vid fronten, men det är inte snacket som ska avgöra utan bössan som ska tala.

El sol sale sobre la fortaleza. […] Los cuarteles se llenan de todas las razas, negros, amarillos, blancos. Un grupo de suizos: miramos con envidia su equipo, ropa elegante y zapatos con los que pueden marchar hasta el infierno. Alemanes, algunos han escapado ilegalmente de Hitler, otros de campos de concentración. Mineros de carbón ingleses, de tez pálida. Americanos, judíos condenados a la condenación eterna. El murmullo sube y baja, la diversidad de idiomas da la impresión de completo desconcierto. Pensando: probablemente será difícil coordinar todas las unidades en el frente, pero no es la conversación la que debe decidir, sino el arma la que debe hablar.

Kajsa Rothman, Kalle Ernstedt y Gösta Andersson, en Valencia.

Kalle Ernstedt, Kajsa Rothman y Gösta ”Göken” Andersson en Valencia (1937).

  1. Se dice que ya había participado en las manifestaciones con el nazismo de Mastgugget, 1934