Long-play (1968)

Gracita Morales, la sueca carpetovetónica: «Somos hermanas por parte de madre, su padre era sueco y el mío espanol, de Soria, lo que pasa es que se hizo el sueco una temporada y nací yo». La sueca real es María Gustafsson.

Un día de lluvia obliga a Joaquín, Joe, Luis y Álvaro a refugiarse en la masía de Martín. A la casa también llegan dos suecas hambrientas de amor y jamón serrano; una monja con aficiones de piloto de carreras; un obeso sacerdote; un guardia civil incapaz de establecer el orden y el padre de Joaquín, un cazafortunas. En medio del caos que se desencadena, los cinco jóvenes descubren su común afición por la música y forman un grupo musical.